10 de marzo de 2017

¿Cómo financiar un gasto inesperado?

Mientras que el ahorro pierde posiciones por los bajos tipos de interés y se fomenta el incremento del consumo, ha aumentado el número de hogares que se encuentran con dificultades para hacer frente a cualquier gasto imprevisto como por ejemplo una avería en el coche, una urgencia en el dentista, un viaje que no teníamos planificado…

Todos podemos encontrarnos con algún gasto imprevisto a lo largo del año. La última Encuesta de Condiciones de Vida del Instituto Nacional de Estadística (INE) muestra que, a pesar de la recuperación económica, el 39,8% de la población no tiene capacidad para afrontar gastos imprevistos.  Las razones son generalmente dos, la primera y más importante, es no tener un ahorro de emergencia que pueda cubrir este gasto imprevisto. La segunda, sólo aplicable en algunos casos específicos como percances con el vehículo o en el hogar, por no tener un seguro que cubra estos riesgos o tenerlo contratado con una cobertura insuficiente.

Si no hay forma de hacer frente al gasto, tenemos la opción de financiarlo. Para ello es conveniente sopesar las alternativas que disponemos para enfrentarnos a este imprevisto de la forma menos costosa posible.

La nómina, una rentable fuente de financiación

Domiciliar nuestra nómina en una entidad financiera, además de proporcionarnos  comodidad, puede conllevar otra serie de beneficios como por ejemplo, una mayor facilidad y rapidez para conseguir financiación, en caso de ser necesaria.

En primer lugar, tenemos la posibilidad de solicitar un anticipo de nómina. A través de este tipo de financiación la entidad en la que tenemos domiciliada la nómina nos adelantará parte, una o varias nóminas a cambio de descontar posteriormente el importe anticipado en una o varias veces, una vez que se haya ingresado la nómina. Esta modalidad tiene a su favor que nos permite obtener rápidamente la suma que necesitamos, a cambio de un coste bastante reducido. Además, únicamente necesitaremos como requisito para solicitarlo cierta antigüedad en la domiciliación. El principal inconveniente es, sin embargo, el plazo de devolución, ya que el periodo para reembolsar la cantidad prestada es muy corto.

Sus ventajas las vemos mejor en un ejemplo. Si necesitamos 600 euros y solicitamos un anticipo nómina con una comisión de apertura del 2% y a devolver a 3 meses, devolveríamos 200 euros mensuales con un pago único al inicio de la operación de 12 euros.

Otra opción que nos ofrece la domiciliación, es acceder a un préstamo nómina. Se trata de un tipo de financiación también de concesión rápida y que generalmente tiene un número de mensualidades determinado como plazo de devolución (de 3 a 5 meses suele ser lo habitual).  Al igual que el anticipo nómina, es necesario tener una determinada antigüedad en la domiciliación de la nómina, pero cuenta con la ventaja de ofrecernos un plazo más amplio y unos tipos de interés normalmente más bajos que otros préstamos personales.

Las condiciones del anticipo y del préstamo nómina, suelen ser mejores en general, por lo que se convierten en opciones más atractivas que cualquier préstamo personal. Este último tiene la ventaja de poder financiar cantidades mayores, a un plazo más largo y con unos tipos de interés atractivos. En contra, si vamos a financiar un importe pequeño no sería probablemente la mejor opción, no sólo por los límites de cantidad que tienen estos préstamos, sino también por los gastos asociados a su concesión como por ejemplo las comisiones de apertura y/o estudio. 

Volviendo a nuestro ejemplo de 600 euros, solicitamos la misma cantidad en un préstamo a 12 meses, con un 6% de interés y la misma comisión de apertura que el anticipo, un 2%. Por esta operación se pagaría además de los 12 euros de comisión de apertura una cuota mensual de 51,64 euros, o lo que es lo mismo devolveríamos 631,68 euros en total. El coste de la operación serían esos 19,68 euros de intereses y los 12 euros de comisión, 31,68 euros de coste total. Hay que tener en cuenta que la cantidad a devolver cada mes es menor.

Las Tarjetas de crédito: comodidad y flexibilidad

La tarjeta de crédito es una opción muy cómoda y cada día más utilizada. De hecho, tras una caída en los años de la crisis, la recuperación del número de tarjetas de crédito en España ha sido espectacular y ha sumado más de 3 millones de nuevas tarjetas en los últimos 3 años, superando ya el volumen de gasto anual (110.000 millones de euros). (Citar fuente y poner referente del tiempo si puede ser un gráfico)

Las tarjetas más recomendables para conseguir financiación son las de pago aplazado conocidas como revolving, especialmente diseñadas para fraccionar una operación y con unos tipos de interés más bajos que la mayoría de las tarjetas de crédito. Generalmente, nos ofrecen, además, la posibilidad de conseguir dinero en efectivo a través de los cajeros automáticos. En este caso, hay que tener en cuenta no sólo el tipo de interés de la operación (que puede ser distinto al que se aplica por una compra), sino también la comisión que se suele cargar en el momento de realizar la operación.

¿Cuándo una tarjeta de pago aplazado es una excelente opción?

Si realmente nos enfrentamos a un gasto inesperado como una avería importante del coche o una reparación en el hogar para la que no tenemos hoy dinero en efectivo, hemos de pagar pero sabemos que dispondremos del dinero a corto plazo, la solución es pagar con la tarjeta de pago aplazado, ajustando el tiempo de financiación a nuestra previsión de ingresos. Además de su comodidad, nos permite por ejemplo financiar el gasto imprevisto por tan sólo añadir el 1,2% de su coste por mes. Ahora bien,  si la financiación es a largo plazo, un anticipo nómina o un préstamo personal son mejores soluciones.

Uno de los principales inconvenientes de estos productos de financiación es su coste, ya que los intereses superan a los de los préstamos. Sin embargo, cuentan con una clara ventaja, la flexibilidad, tanto a la hora de fraccionar el pago como para poder cancelar esta financiación, sin ningún coste adicional, mientras que en la mayoría de los préstamos existe una comisión de cancelación. Además, dispones de total comodidad tú decides y al momento, sin dar explicaciones de si te financias o no. 

Otra de las ventajas de la utilización de las tarjetas de crédito es que generalmente están dotadas de ciertos beneficios adicionales, como seguros gratuitos o garantías asociadas. De esta manera, podemos encontrarnos con tarjetas que protegen nuestra compra devolviéndonos el importe del artículo comprado en caso de robo o atraco, o bien los gastos de reparación en su caso o que nos dan un extra de seguridad en nuestras compras por internet (safe on-line), devolviéndonos el importe de las compras en caso de no conformidad o no entrega del producto asegurado; que nos proporcionan una extensión de la garantía del bien adquirido; e incluso, que nos garantizan el abono de la diferencia entre el precio del bien adquirido y de otro idéntico pero de menor valor que se venda en otro establecimiento.

Seguimos con nuestro ejemplo y financiamos una compra de 600 euros con una tarjeta al 1,2% de interés mensual nominal, 15,39% TAE y volvemos a fraccionarlo 12 meses. Devolveríamos una cuota de 53,99 euros por lo que pagaríamos un total de 647,82 euros. Al no tener ningún tipo de comisión tendríamos como coste total 47,82 euros.

En definitiva, poder disponer de financiación es una indiscutible ventaja para hacer frente a gastos inesperados que no podríamos asumir de otra manera, ahora bien, es importante analizar las diferentes opciones, evaluar su coste, no sólo los intereses, sino también comisiones y plazos, y encontrar aquella alternativa que mejor se ajuste a nuestras necesidades.

EJEMPLO PARA UNA FINANCIACIÓN DE 600 EUROS

(*) Plazo 3 meses

Disclaimer: La información contenida en este documento no debe considerarse como asesoramiento de inversión y sólo describe las características de productos. Las decisiones de inversión se deben basar en el folleto completo o simplificado de venta. El folleto de venta contiene información detallada de los posibles riesgos. Antes de realizar una inversión consulte con su gestor.
Deutsche Bank, S.A. Española – NIF A-08000614, R.M. Madrid, T.28100, L.0, F.1, S.8, H.M506294, I.2

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