Inversión & Mercados - 17 de junio de 2021

Como una roca: así se construye una sólida cartera de inversión en tiempos volátiles

Algunas gestoras de activos internacionales y nacionales  apuestan ya por una estrategia de inversión que refuerza la solidez de las carteras de sus clientes frente a la incertidumbre.

"Ojalá te toque vivir tiempos interesantes", reza una antigua maldición china. Y, efectivamente, no podemos decir que nos estemos aburriendo con los vaivenes de los mercados desde que estalló mundialmente el brote pandémico el año pasado.

A veces, los tiempos interesantes requieren estrategias distintas para invertir nuestro dinero. Y aquí hablamos, sobre todo, de una visión que aporte más fiabilidad a las rentabilidades esperadas, unas estimaciones más robustas de parámetros como la volatilidad y una mayor solidez de las carteras frente a una rentabilidad y un riesgo claramente inciertos.

Para responder a este reto, algunas grandes gestoras de activos internacionales están exprimiendo la Asignación Estratégica de Activos o Strategic Asset Allocation (SAA) para fortalecer las posiciones de sus clientes. ¿Pero cómo lo hacen?

Según un informe CIO Special de Deutsche Bank1, asumen, para empezar, que vivimos en un mundo lleno de incertidumbre y donde nada es blanco o negro. Tenemos que estar preparados, según dicho informe, para aceptar que las mejores hipótesis son las que no se pueden cumplir totalmente. En un escenario así, resulta primordial encontrar un equilibrio entre la eficiencia de las carteras y su solidez frente a los continuos cambios. Es el eterno dilema entre seguridad y rentabilidad.

Para hallar ese equilibrio, siempre escurridizo, esas grandes gestoras internacionales procesan toda la información que son capaces de conseguir, por muy incompleta y fragmentaria que sea. Y la exprimen hasta comprender la relación que existe entre los datos con los que cuentan y la evolución que esperan en el mercado de capitales.

Gracias a los avances en computación y procesamiento de grandes cantidades de datos, ahora la incertidumbre estimada de la rentabilidad, la volatilidad o el riesgo se puede contemplar en un gráfico bastante intuitivo. Basta con expresarla mediante un modelo que identifique los escenarios más probables en los que se encontrarán los valores en los que se plantean invertir. 

Justo después de eso, necesitarán decidir a qué se parece una incertidumbre excesiva.  Y esto lo podrán conseguir, por ejemplo, comparando los escenarios del futuro con los del pasado. A partir de ahí, ya podrán elevar o reducir la incertidumbre de sus carteras más o menos como se sube y se baja el volumen de una radio.

Merece la pena

De todos modos, aunque sus modelos no sean capaces de describir perfectamente algo tan escurridizo como la incertidumbre, como indica el informe CIO Special de Deutsche Bank2, las gestoras habrán avanzado mucho en esa dirección.  ¿Por qué?

Pues porque estarán utilizando información nueva para explorar diferentes escenarios y porque así podrán evitar las apuestas de inversión especialmente inciertas (y por lo tanto, más peligrosas) y las carteras que arrastren un riesgo elevado de pérdida por culpa de la incertidumbre.

Según el informe CIO Special de Deutsche Bank3, la optimización será más sólida si no depende tanto de que se cumplan, punto por punto, las hipótesis sobre los escenarios más probables que mencionábamos al principio.  Hay que recordar que una cartera más sólida puede ofrecer rentabilidades esperadas más fiables, unas estimaciones del riesgo o  volatilidad más robustas y, en fin, una posible mejora en la  resiliencia frente a la incertidumbre.

Por supuesto, todo tiene un precio en los mercados. Cuando las gestoras internacionales refuerzan la solidez de las carteras con esta metodología, asumen también que el contexto es tan convulso que parece casi imposible que las hipótesis de partida se vayan a cumplir en su totalidad. Y muchas veces tendrán razón.  Sin embargo, si las hipótesis se cumplen, obviamente sus carteras darán menos rendimiento.

De todos modos, las carteras que tienen especialmente en cuenta la incertidumbre aguantan mucho mejor las crisis que golpean periódicamente los mercados. Ante, por ejemplo, unas caídas generalizadas del 30% o el 40%, éstas perderán menos valor y, por lo tanto, iniciarán la remontada desde una posición más ventajosa.

En definitiva, la posible diferencia de rentabilidad entre una cartera sólida y otra que no lo es tanto sería el precio que pagamos por protegernos mejor. Y por reconocer que el mundo no puede contemplarse en blanco y negro, que las gestoras deben recoger toda la información disponible aunque sea fragmentaria e incompleta y que los vaivenes de los mercados son tan siderales que acertar con las previsiones e hipótesis es cada vez más difícil.

Reconocen, en definitiva, que vivimos unos tiempos demasiado interesantes.

 

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1https://deutschewealth.com/en/our_perspective/SAA/saa-robustness-what-it-means.html 
2https://deutschewealth.com/en/our_perspective/SAA/saa-robustness-what-it-means.html 
3https://deutschewealth.com/en/our_perspective/SAA/saa-robustness-what-it-means.html