ESG - 7 de Febrero de 2020

Davos 2020: las grandes novedades del foro más exclusivo del mundo

Davos ha sido poco menos que espectacular este año. El debate sobre el futuro del capitalismo, el compromiso con la lucha contra el cambio climático, el enfriamiento de la economía global y el deshielo de la guerra comercial entre China y Estados Unidos se han convertido en el formidable combustible de una cita única.

El debate sobre el futuro del capitalismo ha contado hasta con su propio manifiesto. Según él, las empresas deben inaugurar una nueva etapa como miembros de la sociedad. Algunos de los principios que deberían definir este marco, según el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), son el pago equitativo de los impuestos, la batalla contra la corrupción el respeto de los derechos humanos en sus cadenas de suministro internacionales o la defensa de la competencia en igualdad de condiciones. También incluyeron, es verdad, la promoción del uso seguro, ético y eficaz de los datos y el cuidado del medio ambiente y los recursos naturales que deberán heredar las generaciones futuras.

A nadie se le escapó en Davos que las empresas iban a necesitar el apoyo de los estados para conseguir esos objetivos. De ellos, y de sus acuerdos internacionales, van a depender muchas de las regulaciones sobre fiscalidad y privacidad, la fortaleza de la transparencia e imparcialidad de la administración y el perímetro y la solidez de los derechos humanos y ambientales. No es lo mismo producir en China, en España, en Estados Unidos o en Botsuana.

En Davos, la lucha contra el cambio climático ocupó un lugar excepcional tanto entre los máximos directivos empresariales como entre los líderes políticos y activistas. En realidad, era lo esperado: el último gran sondeo del foro había señalado que, en 2019, “la meteorología extrema y el fracaso de las políticas contra el calentamiento” se habían convertido en la principal amenaza para los próximos diez años. Hay que recordar que los encuestados no eran otros que muchos de los participantes de ediciones anteriores del WEF.

El problema -y el origen de la frustración para algunos directivos españoles que se desplazaron a Suiza- es que una cosa es que cientos de expertos, empresarios y activistas coincidan en la gravedad de la situación, y otra muy distinta que exista consenso sobre qué hacer. Un ejemplo de ello son las enormes dificultades que afronta el Pacto Verde de la Unión Europea para definir qué medidas hay que tomar exactamente desde ahora hasta 2030 para rebajar con fuerza las emisiones.

La ausencia de consenso se explica en parte porque las medidas políticas podrían incluir fuertes sacrificios tanto para los consumidores, que podrían ver elevados los impuestos sobre bienes básicos o los precios de la energía, como para las empresas, que se expondrían a posibles reconversiones de sus sectores con evidente impacto sobre la destrucción de empleo.

Otro de los aspectos claves de Davos en 2020 fue el pesimismo. Según las conclusiones del sondeo entre CEO de grandes empresas llevado a cabo por una gran consultora internacional, la mitad de los directivos encuestados preveía una desaceleración del crecimiento hasta diciembre, 25 puntos más que el año pasado y 48 más que el anterior. Poco después de la publicación del sondeo, el FMI confirmó que el freno de la economía mundial para 2020 y 2021 sería algo mayor de lo que habían previsto en octubre. Ni siquiera lo impedirán, según la institución, la certidumbre de un Brexit pactado con detalle o el principio del deshielo de la guerra comercial entre China y Estados Unidos.

Precisamente, a principios de enero Washington y Pekín firmaron la primera fase de un acuerdo que aspira a terminar, a medio plazo, con la confrontación comercial iniciada por Estados Unidos en 2018. El motivo por el que esta buena noticia ni ha catapultado las previsiones del FMI para este año ni ha animado a los máximos directivos a abrazar el optimismo es doble. Para empezar, el pacto parece insuficiente si no viene acompañado de una segunda parte a corto plazo. Son pocos los que esperan que Donald Trump dé un paso en esa dirección el mismo año que se juega su reelección en noviembre.  En segundo lugar, los beneficios potenciales de ese acuerdo comercial podrían no compensar, entre otros, la debilidad que ya anticiparon el año pasado las economías de México, Sudáfrica y, muy especialmente, India.  Será la próxima edición de Davos, ya en 2021, la que tendrá que decidir el acierto de esas predicciones.

 

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Fuentes: World Economic Forum, Euractiv.com, Business Insider, International Monetary Fund, BBC. com.

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