14 de abril de 2016

Economía familiar para llevar control de tus gastos

La gestión de la economía doméstica es una de las tareas más importantes en la unidad familiar. Es aconsejable elaborar un presupuesto familiar, destinar ciertas cantidades de dinero al ahorro, tener control sobre las cuentas corrientes y considerar en qué casos puedes necesitar financiación. Estos cuatro pasos te ayudarán a mantener el control de tu economía y a evitar los sustos que puedan surgir a final de mes.

1. Elabora un presupuesto familiar

Un presupuesto es el conjunto de gastos e ingresos que se estiman para un periodo de tiempo determinado. Elaborar un presupuesto familiar nos permitirá mejorar nuestras cuentas además de conseguir un equilibrio entre los ingresos y los gastos familiares, sabiendo en todo momento en qué hemos gastado nuestro dinero.

En primer lugar, es necesario realizar un recuento de todos los gastos e ingresos con los que contamos. Deberemos diferenciar los gastos según su naturaleza de manera que podamos priorizarlos:

  • Gastos fijos: aquellos que se repiten periódicamente todos los meses independientemente de la actividad familiar y que suponen un compromiso económico. Incluiremos en este grupo a los suministros (agua, luz, telefonía…), impuestos y seguros, entre otras partidas.
  • Gastos variables: suponen una cifra variable en cada periodo. Se consideran gastos variables el gasto en alimentación, combustible o transporte, salud, vestido e imprevistos, entre otros.
  • Además, tanto los gastos fijos como los variables, podrán clasificarse en obligatorios o prescindibles. Se encontrarán en el primer grupo todos aquellos que exijan su pago independientemente de las circunstancias. El segundo grupo, los prescindibles, incluirá todos aquellos gastos que puedan sufrir ajustes o reducciones sin afectar al funcionamiento familiar. El ocio y entretenimiento se encuentran en el grupo de gastos variables prescindibles.

Una vez realizado el recuento, tocará analizar los ingresos; es decir, todas aquellas entradas de dinero que permitan hacer frente a los gastos. Se trata de jugar con estas cifras, intentando reducir al máximo los gastos prescindibles cuando sea necesario.

La meta del presupuesto será poder hacer frente a todos los gastos con nuestros ingresos y poder dar respuesta en todo momento a la pregunta “¿En qué gasto mi dinero?”. Además, nos permitirá evitar o hacer frente a situaciones difíciles gracias a la planificación de gastos aportando tranquilidad a nuestra economía.

2. Optimiza tus ahorros

Una vez que hayas elaborado tu presupuesto familiar, es interesante que te plantees la creación de un fondo de emergencia. El ahorro será importante tanto en épocas de crisis como de bonanza.

Ante posibles crisis, el dinero ahorrado servirá como colchón monetario, que podrá ser utilizado ante cualquier gasto imprevisto que pudiera suponer una alteración de la economía familiar. En momentos de crecimiento económico, ese fondo a largo plazo te puede ayudar a llevar a cabo algún proyecto que hasta el momento tu economía no permitía.

Existen múltiples posibilidades de ahorro o inversión según el objetivo que se persiga pero lo importante es determinar cuál es la que mejor se ajusta a tus necesidades, para lo cual consultar a un gestor personal puede ser de gran ayuda.

3. Controla tus cuentas corrientes

Unificar todos los gastos e ingresos del hogar en una única cuenta corriente puede ser de ayuda para controlar mejor los movimientos de tu economía doméstica. Es importante que conozcas la existencia de diferentes tipos de cuenta para que puedas escoger la que mejor se adapta a tus necesidades. Por ejemplo, abrir una cuenta nómina suele ofrecer ventajas tan sólo por domiciliar tu nómina, pensión o ingresos recurrentes, algunas cuentas incluso te pueden ofrecer seguros gratuitos.

Para mantener el control de las cuentas corrientes puedes establecer alertas que te avisen a tu móvil o e-mail de los movimientos en las mismas, por ejemplo cuando se ingresa la nómina o cuando se realizan cargos o transferencias superiores a un determinado importe. De esta manera, evitarás encontrarte con sorpresas.

4. Considera si necesitas financiación

Es posible que desees realizar una compra o gasto importante que no pueda afrontarse con el ahorro disponible y para el que no quieras esperar a acumular el dinero necesario. En ese caso puedes recurrir a la compra del bien mediante un préstamo o mediante el uso de una tarjeta de crédito, aplazando el pago en varias mensualidades. En ambos casos te conviene analizar las alternativas que hay en el mercado y tener en cuenta no solamente el tipo de interés sino también las ventajas que te pueden proporcionar las entidades en la contratación de cada producto. Así, hay bancos que ofrecen seguros gratuitos y descuentos importantes en las compras realizadas con la tarjeta de crédito, así como interesantes seguros o servicios gratuitos asociados a los bienes que se adquieren con un préstamo: por ejemplo, servicio de chófer o de vehículo de sustitución al contratar un préstamo para comprar un coche, o servicio de manitas o de asistencia informática remota al contratar un préstamo para realizar reformas en el hogar. Todo ello ayuda a ahorrar y a controlar mejor los imprevistos.

Disclaimer: La información contenida en este documento no debe considerarse como asesoramiento de inversión y sólo describe las características de productos. Las decisiones de inversión se deben basar en el folleto completo o simplificado de venta. El folleto de venta contiene información detallada de los posibles riesgos. Antes de realizar una inversión consulte con su gestor.
Deutsche Bank, S.A. Española – NIF A-08000614, R.M. Madrid, T.28100, L.0, F.1, S.8, H.M506294, I.2

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