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El índice bursátil, base de la renta variable
A finales del siglo XIX Charles Henry Dow, editor del Wall Street Journal, creó el primero y más influyente de los índices bursátiles: el Dow Jones. De la tradicional contratación a viva voz en corros de agentes de cambio y bolsa se ha pasado con los años a los sistemas informáticos. Un índice bursátil es un marcador que muestra la evolución de la rentabilidad de los valores (empresas y bancos) que lo componen, y que pueden cotizar al alza, a la baja o permanecer invariables. Este indicador se mueve en función de las compras y ventas de acciones por parte de todo tipo de inversores (particulares, sociedades y agencias de valores, fondos de inversión y entidades financieras).
La bolsa española cuenta con más de 50 índices. Entre ellos, destaca el Índice del Mercado Continuo, donde cotizan 133 empresas desde las 8,30 horas de la mañana hasta las 17,35 horas de la tarde, empezando en orden alfabético actualmente por Abengoa (energía y telecomunicaciones) y acabando por Zeltia (productos farmacéuticos). Con todo, el índice más relevante es el IBEX 35, que como su nombre indica, selecciona del Mercado Continuo los 35 valores con mayor capitalización y liquidez, y que normalmente coinciden con las compañías y bancos de mayor tamaño. Cada seis meses, un comité técnico decide si entran o salen valores de este selecto grupo.
Básicamente, existen dos formas de calcular un índice. La primera se llama ponderada y se calcula sumando la capitalización bursátil de cada valor (el número de acciones de cada valor por su precio). El resultado se presenta en base 100 (o cualquier otra cifra redonda como 1.000 o 10.000) como valor del índice el primer día que se publica y a partir de entonces se compara contra esa base. Este es el sistema que utiliza el IBEX español y la mayoría de índices, como el de Londres (FTSE), el de Frankfurt (DAX 30), París (CAC40) y el de Milán (MIB), por eso se les llama índices ponderados. Este modo de cálculo tiende a dar mayor peso a las grandes corporaciones, arrastrando en ocasiones a las empresas de menor tamaño.
En cambio, la segunda fórmula prima justo lo contrario, porque el índice se calcula sin ponderación, es decir, sin tener en cuenta la capitalización de cada valor: simplemente se suma el precio de cada valor del índice y se divide entre el número de valores, es decir, se hace la media aritmética simple del precio de cada valor. Precisamente el Dow Jones utiliza este último sistema, igual que el índice japonés Nikkei.
La bolsa o renta variable es un instrumento de inversión que puede implicar riesgos, al no depender exactamente de los resultados ni de las estrategias de crecimiento de los valores cotizados. Estos riesgos incluyen rallys bajistas provocados por crisis geopolíticas que pueden poner en peligro el dinero invertido. Una forma de minimizar esta volatilidad puede ser la inversión en valores a través de fondos de inversión, cuyo objetivo no es otro que batir a su índice de referencia. Hay de muchos tipos, que combinan la renta variable con la fija, dependiendo del riesgo que quiere el cliente. Los ETF’s, por ejemplo, son fondos de inversión que replican un determinado índice (renta fija, bolsa o materias primas).