ESG - 9 de Mayo de 2019

Energías renovables, una apuesta por el futuro

El sector energético continúa avanzando hacia una profunda transformación que conlleva la reducción del uso de combustibles fósiles y, en un continuo esfuerzo para paliar los efectos del cambio climático, un mayor uso en energías renovables.
No solo se trata de invertir en empresas eléctricas que apuesten por la energía solar, eólica, geotérmica o en biomasa, formas de energía no contaminante, inagotable y 100% respetuosa con el medio ambiente con enorme capacidad productiva, sino también en los desarrollos tecnológicos y de infraestructura que han ayudado en estos años a mejorar su eficiencia, su crecimiento y, especialmente, a abaratar su coste. Como resultado de todos estos factores, se ha producido un notable incremento de la inversión en todo este tipo de energías.

Una clara apuesta por los países y un marco regulatorio estable

Uno de los impedimentos habituales a la hora de invertir en este tipo de energías, sobre todo si miramos sólo el corto plazo, es el hecho de que, en comparación con otro tipo de energías, suele necesitar ayudas o subvenciones públicas que a menudo repercuten sobre el recibo de la luz.

Pero si ampliamos esta visión vemos que los avances tecnológicos están consiguiendo una generación energética más eficiente y abaratar los costes. También necesita para su crecimiento una apuesta decidida por parte de las autoridades de todos los países. En Europa, la Comisión Europea ha desarrollado varias estrategias con el fin de lograr una economía más sostenible y con menos emisiones de carbono. Además de combatir el cambio climático se busca que el uso de fuentes de energía renovables puede dar lugar a suministros energéticos más seguros, con mayor diversidad en el suministro de energía, y que ayude en la creación de empleo. El objetivo de estas medidas es que el próximo año se logre que la energía proveniente de fuentes de energía renovables alcance el 20% del consumo total de energía en la Unión Europea.

Este esfuerzo se ha trasladado a países miembros para que realicen pasos para lograr una regulación armonizada, que permita el desarrollo del sector sin trabas. Uno de los últimos ejemplos lo tenemos en los cambios en la normativa que regula el autoconsumo en España aprobado hace escasas semanas y que permite fomentar la venta de energía sobrante de pequeñas instalaciones o el autoconsumo colectivo.

Fuera de Europa, la apuesta por una política energética más regresiva con un mayor peso en combustibles fósiles de la administración Trump en Estados Unidos, aunque es relevante, no va a frenar el crecimiento de las renovables. Por ejemplo, California, el Estado con mayor peso económico, se ha comprometido a producir un 100% de su energía de fuentes renovables en 2045. En Asia, China apuesta también firmemente por las renovables que le ayuden tanto a reducir sus serios problemas de contaminación como para diversificar y reducir la dependencia de fuentes de energía fósiles.

Nuevas formas de inversión y financiación

Con esta perspectiva de crecimiento, bancos e inversores institucionales apuestan decididamente por oportunidades de negocio en el sector de las energías renovables, muy enfocados en tecnología de información (activos tecnológicos y digitales) e infraestructura. Si el 90% de la inversión actual en energías renovables se centra en la tecnología eólica y solar, las turbinas y paneles captan actualmente cerca de la mitad de esta inversión.

Un claro ejemplo lo tenemos en las cifras de inversión en energías verdes. Según el informe “Clean Energy Investment Trends” realizado por Bloomberg, el pasado año la inversión global en este tipo de energía superó los 332 mil millones de dólares.  Solo dos proyectos, las “granjas” eólicas marinas de Moray Firth y Triton Knoll en el Reino Unido acapararon 3.335 y 2.592 millones de dólares respectivamente. En Marruecos el proyecto solar NOORm Midelt PV de 800 MW de potencia consiguió 2.400 millones de dólares de inversión.  Buena parte de estas inversiones se canalizan a través de fondos que el año pasado realizaron transacciones por unos 110.000 millones de dólares. El resultado hasta ahora de la mayoría de estos productos marca una correlación con el crecimiento económico. Cuando la economía global crece, este sector tiende a subir, incluso a batir la media de los índices bursátiles, pero su comportamiento se vuelve muy volátil en casos de incertidumbre económica, de ahí que para invertir en los mismos sea recomendable buscar asesoramiento profesional.

Existen también otro tipo de instrumentos de inversión, como Project Bonds, para financiar grandes infraestructuras o Green Bonds, bonos corporativos para proyectos de lucha contra el cambio climático.

La tendencia inversora en las renovables se muestra imparable. Pero a la hora de invertir en este tipo de tendencias de futuro hay que tener muy en cuenta los riesgos, por lo que no son aptas para todo tipo de inversores, ni deben suponer un peso demasiado elevado en las carteras.

Disclaimer:
La información suministrada en este documento está basada en criterios objetivos e información fiable, pero no constituye oferta, ni solicitud para comprar o vender productos financieros, quedando la opinión expresada en la fecha de emisión del análisis, sujeta a cambios experimentados por los mercados. Deutsche Bank no se responsabiliza de la toma de decisiones que se fundamenten en esta información.
Fuentes: "Estadísticas de energía renovable."Eurostat Statistics Explained; "Clean Energy Investment Trends, 2018."Bloomberg. 16 de enero de 2019; y elaboración propia.
Queda prohibida la reproducción, duplicación, redistribución y/o comercialización, total o parcial, de los contenidos de este sitio, ni aun citando las fuentes, salvo con consentimiento previo por escrito de Deutsche Bank S.A.E.
Deutsche Bank, S.A.E.-RM. Madrid, T.28100, L. 0, F.1, S.8, hojaM506294, inscripción 2, - CIF. A-08000614.