Inversiones & Mercados - 30 de agosto de 2021

1.3 %: los mercados pueden convivir con los recortes

Atentos a esta semana
Los datos estadounidenses y chinos de esta semana aportarán dos perspectivas diferentes sobre la perspectiva de crecimiento global. Los datos del PMI chino (mañana, el miércoles y el jueves) añadirán detalles sobre el probable impacto del coronavirus y los persistentes trastornos en la cadena de suministro. Los empleos no agrícolas de EEUU en agosto (viernes) podrían inducir a los mercados a reevaluar las probabilidades de un reajuste por parte de la Fed. Entre otros datos estadounidenses de esta semana, se cuentan el ISM manufacturero (miércoles) y las ventas de viviendas (hoy); por su parte, los datos asiáticos incluirán el IPC indonesio (miércoles), seguido de las exportaciones y las importaciones de la India (jueves). En Europa, recibiremos los valores provisionales del IPC de agosto el lunes o martes, pero no es probable que la reacción del BCE se produzca antes de su reunión programada para el 9 de septiembre. Los datos alemanes sobre los precios de las importaciones y el desempleo (mañana) serán interesantes en el contexto de las inminentes elecciones federales (26 de septiembre).

1. Actualización del mercado: persiste el optimismo
Los mercados de bonos no se vieron afectados por el discurso -de especial atención- del presidente de la Fed, el Sr.Powell, en el evento virtual de Jackson Hole: los rendimientos de los Treasuries a 10 años están actualmente en el 1.3 %, el mismo nivel que hace seis meses. Las bolsas alcanzaron nuevos record durante la semana, con el S&P 500 llegando a los 4500 puntos y el NASDAQ superando la cota de los 15 000 puntos por primera vez en la historia, antes de replegarse ligeramente tras la declaración del Sr. Powell del viernes. Los precios del oro vuelven a cotizar por debajo de los 1800 USD por onza, con los temores por la inflación eclipsados por las inquietudes acerca del crecimiento global. El WTI se mueve actualmente en el entorno de los 69 USD por barril, tras recuperar algunas pérdidas gracias a unas noticias más bien esperanzadoras sobre el coronavirus en China. Los precios del cobre y el aluminio han retomado igualmente la senda alcista.
Conclusión: parece que los mercados han asimilado ya las expectativas de recortes monetarios, pero permanecen las inquietudes acerca del crecimiento.

2. Datos estadounidenses: el mercado laboral es solo parte de la historia
Los índices de infecciones por coronavirus, constantemente elevados en algunos estados, han agudizado las preocupaciones sobre el ritmo de la recuperación en EEUU: actualmente, el consenso prevé una moderación en los avances en el mercado laboral desde los 943 000 puestos de trabajo sumados en julio. Sin embargo, comoquiera que es probable que otros datos (p. ej., el ISM manufacturero el miércoles y las ventas de vehículos el día anterior) sigan siendo positivos, la cuestión sigue siendo «cuándo» comenzarán los recortes de la Fed, no «si» se producirán. Finales de 2021 o justo a comienzos de 2022 son las fechas más probables, pero podría ser inminente un anuncio al respecto. Esperamos que la primera fase de la «normalización» (reducir la intensidad de las compras de activos) se haya dado por finiquitada a finales del 3T de 2022. Son posibles dos o tres subidas de tipos en 2023, pero probablemente no antes.
Conclusión: las cifras de empleos revelarán una ralentización de la expansión del mercado laboral, pero otros datos estadounidenses reforzarán el relato del crecimiento

3. Renta variable: EEUU y China, por diferentes caminos
Podría parecer que las continuas ganancias en los mercados de renta variable casan mal con los temores sobre el crecimiento global. No obstante, hay algunos motivos para que el optimismo siga reinando en los mercados desarrollados. En primer lugar, parece probable que los tipos de interés reales permanecerán bajos o incluso en terreno negativo. La historia reciente apunta a una relación inversa entre los rendimientos y las relaciones entre el precio y los beneficios (PER), impulsada por el argumento TINA («no hay alternativa», por sus siglas en inglés). Los beneficios también parecen estar en racha, ya que la temporada de beneficios del 2T en EEUU se está comportando especialmente bien: otro motivo para justificar más ganancias en dicho país en un horizonte de 12 meses, a pesar de ciertas preocupaciones sobre los trastornos en el suministro. Suponiendo una ratio PER de 22x, por ahora prevemos que el S&P 500 se sitúe en 4.600 a finales de septiembre de 2022. Por el contrario, las preocupaciones por cuestiones normativas tenderán a seguir refrenando los valores de la renta variable china, junto con los problemas de la reapertura económica en dicho país. A largo plazo, el enfoque del gobierno en los factores sociales podría tener un impacto positivo, pero resulta complicado atisbar un catalizador inmediato que impulse las ganancias en los mercados chinos.
Conclusión: la renta variable estadounidense podría cosechar más ganancias, pero hay nubarrones que siguen oscureciendo la perspectiva inmediata para los valores chinos.

4. Crecimiento europeo: continúa la recuperación
Esta semana seremos testigos de las estimaciones provisionales de la inflación de agosto en la zona euro, pero no habrá que perder de vista la confianza del consumidor (hoy) y, a continuación, todo un abanico de datos alemanes, incluido el desempleo mañana y las ventas minoristas el miércoles. Persisten algunas inquietudes por que los problemas de suministro puedan coartar el crecimiento alemán -y, por ende, el de la zona euro- en el segundo semestre de 2021. (De conformidad con una reciente encuesta de la DIHK, el 43 % de las empresas alemanas han sufrido una reducción de la facturación debido a déficits en el suministro). Sin embargo, teniendo en cuenta la solidez del consumo, prevemos ahora un crecimiento del PIB de la zona euro del 4,5 % en 2021, quedándose los avances alemanes en el 3 %. La respuesta política del BCE seguirá siendo prudente. Las actas de la reunión del BCE del 22 de julio, publicadas la semana pasada, revelaron determinadas divergencias políticas sobre la nueva orientación de su política y las preocupaciones de algunos miembros del Consejo de Gobierno porque la nueva política pueda conducir a una superación deliberada del objetivo de inflación. No obstante, no es probable que dichas inquietudes incidan en la trayectoria del PEPP hasta el término del programa en marzo de 2022. Esperamos que las compras continúen a los niveles actuales hasta que termine el año y que la finalización del PEPP encuentre seguimiento en una cierta expansión del programa de compra de activos -APP, por sus siglas en inglés-).
Conclusión: no es probable que los datos de la zona euro pongan en tela de juicio el relato del crecimiento y sí que el BCE persevere con el PEPP.

5. Precios del petróleo y coronavirus
Los precios del petróleo crudo (WTI) se elevaron un 10.3 % la semana pasada, no sólo por la llegada del huracán Ida, que ha hecho necesario el cierre de parte de las instalaciones de la región. De hecho, el petróleo sigue siendo muy vulnerable a las preocupaciones sobre el impacto del coronavirus en el crecimiento global. La reducción en los casos chinos y la reapertura de un terminal en el puerto de Ningbo Zhoushan (el tercero más grande del mundo) aportaron algo de tranquilidad la semana pasada. La media de producción ofertada la semana pasada en EEUU (que suele ser un buen proxy de la demanda en este país) ha alcanzado ya el nivel más alto desde marzo de 2020. Los precios del petróleo tenderán a seguir marcados por la volatilidad mientras los mercados reevalúan el futuro equilibrio entre la oferta y la demanda, pero algunos factores rebaten un descenso sostenido de los precios, p. ej., la escasa inversión de los principales productores, que limitará los futuros incrementos del suministro. Además, la transición a unas economías basadas en energías alternativas podría acarrear al principio un importante consumo. Nuestro pronóstico para el WTI para finales de septiembre de 2022 es en la actualidad de 69 USD por barril.
Conclusión: la creciente demanda de petróleo sostendrá los precios y la escasez de inversiones contribuirá a limitar el suministro, a pesar de los incrementos de la OPEP+.

 

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