11 de octubre de 2018

¿Por qué es importante ahorrar para la jubilación? Guía para entender nuestro sistema de pensiones

Jubilación y pensiones son términos que los españoles nos hemos acostumbrado a escuchar cada día en los medios de comunicación. Estos dos asuntos han centrado el debate público y han acaparado el interés general por su enorme importancia en relación al bienestar de los ciudadanos. La razón fundamental ha sido la preocupación por no poder contar con recursos económicos suficientes para mantener el nivel de vida una vez que se pone fin a la vida laboral. Pero ¿a qué se debe esta preocupación?

Sistema de reparto versus sistema de capitalización

España cuenta con un sistema de pensiones que funciona mediante el llamado "principio de reparto". Esto significa que las cotizaciones de los trabajadores en activo financian las prestaciones existentes en ese momento. También se conoce como "solidaridad intergeneracional", ya que la generación cotizante financia la pensión de la generación jubilada.

Por tanto, el Estado cuenta con un sistema que nos debería garantizar una pensión cuando nos jubilemos. ¿Cómo se calcula el importe de nuestra pensión? Aunque ha habido numerosos cambios desde el año 2010, todos ellos encaminados a mantener la sostenibilidad del sistema, los tres factores principales siguen siendo los mismos:

  • La base de cotización de los últimos años. La reforma de 2013 determinaba una ampliación progresiva del periodo de cálculo de la pensión de los 15 años hasta los 25 en 2022. Actualmente se sitúa en los últimos 21 años.
  • La edad de jubilación. La edad de jubilación se ha elevado hasta los 67 años, frente a los anteriores 65. No obstante, la norma establece un aumento gradual de dicha edad de jubilación. Actualmente, los trabajadores que quieran jubilarse con el cien por cien de la pensión (y no hayan cotizado más de 38 años y medio) tendrán que tener cumplidos 65 años y 6 meses. En 2027 la edad mínima será 67 años.
  • El número de años cotizados a la Seguridad Social. Es necesario haber cotizado al menos 15 años.

Por otra parte, en el sistema de capitalización, que tienen países como Australia o Chile, cada contribuyente cotiza para sí mismo. Es decir, las prestaciones tienen relación directa con las aportaciones que se hayan ido realizando a lo largo de la vida laboral. Estas aportaciones se almacenan en un fondo (por ejemplo, un plan de pensiones), que permite ir generando un ahorro de cara a la jubilación.

¿Por qué es importante la tasa de sustitución?

Como bien sabemos, las pensiones públicas siempre son menores al último sueldo cobrado. La tasa de sustitución es el porcentaje del último sueldo que cobraremos como pensión cuando nos jubilemos. Por ejemplo, si cobramos 1.000 euros y nuestra pensión es de 800, la tasa de sustitución será del 80%.

Actualmente, una persona que deja de trabajar, cobra de media el 80% de su último sueldo. En 2030, sin embargo, si se mantiene la tendencia actual, sólo se cobrará previsiblemente el 60%; y en 2060, la estimación es que el dinero que se perciba sea del 50% de la última remuneración mensual de un trabajador.

¿Por qué disminuirá progresivamente la tasa de sustitución? Uno de los factores es el cambio demográfico:

  • En España hay dos trabajadores por cada jubilado, pero en 50 años, si se mantiene la actual tendencia demográfica, los mayores de 65 años representarán un 40% de la población total y la proporción entre trabajadores en activo y jubilados será de uno a uno.
  • Actualmente, en otros países de nuestro entorno la tasa de sustitución de sus sistemas públicos no supera el 40%:
    • Holanda (27%)
    • Suecia (37%)
    • Alemania (37,5%)
    • Reino Unido (21,6%).
    En estos países, sin embargo, son usuales los sistemas privados de ahorro (en algunos casos, obligatorios), que permiten complementar la pensión pública. 
  • La tasa de sustitución media de los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo económicos (OCDE) se sitúa en el 63%.

El factor de sostenibilidad: cómo afectará a las pensiones

Uno de los cambios más controvertidos del actual debate sobre las pensiones es el “factor de sostenibilidad”, que, de mantenerse tal y como se está establecido actualmente, entrará en vigor en 2023. Consiste en dos variables. La primera es el factor de equidad intergeneracional (FEI), que tendrá en cuenta la esperanza de vida en el momento de jubilarse. Esto supondrá que se hará el cálculo de la cuantía de la pensión teniendo en cuenta cuántos años se espera que viva el pensionista desde que empieza a cobrar la pensión y ajustando esta cantidad a la longevidad estimada. Es decir, cuando la esperanza de vida aumente, el pensionista recibirá menos dinero mensualmente aunque durante más tiempo. Cada cinco años se hará una revisión de esta variable. 
La segunda variable es el factor de revalorización anual, que vincula la revalorización de las pensiones al estado de las arcas públicas. Esto implica que las pensiones sólo subirán si aumentan los ingresos del sistema por encima de la tasa de crecimiento del número de pensiones. De acuerdo con la norma actual, este factor oscilará entre unos valores situados entre un mínimo del 0,25% y un máximo del Índice de precios de consumo (IPC) + 0,5%. Varios países de nuestro entorno como Portugal, Grecia, Alemania o Austria aplican, con algunas diferencias, factores de sostenibilidad en sus sistemas de pensiones.  

Revalorización con el IPC

En los últimos tiempos el debate ha girado en torno a la revaloración de las pensiones en relación con la tasa de inflación anual, que recientemente ha aprobado el Pacto de Toledo. Esta medida, según ha advertido la Comisión Europea, supondría elevar el gasto entre tres y cuatro puntos del producto interno bruto (PIB) en las próximas décadas, lo que obliga a encontrar fuentes de ingresos para garantizar la sostenibilidad del sistema a largo plazo.

En conclusión, en España nuestro sistema público de pensiones nos debería garantizar una pensión cuando nos jubilemos. Sin embargo, hay factores, como la esperanza de vida o el número de trabajadores en activo, que pueden influir en la cuantía que recibamos cuando finalicemos nuestra etapa laboral. Por tanto, es importante complementar esta pensión con ahorro privado, que nos sirva para poder disfrutar de una jubilación más tranquila.

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Fuentes: Organización para la Cooperación y el Desarrollo económicos (OCDE), Banco de España, Instituto Nacional de Estadística (INE), Comisión Europea y elaboración propia.
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